Muralla Romana de Lugo

El origen de la muralla de Lugo se remonta a la segunda mitad del siglo III, basada en los materiales constructivos y en los hallazgos arqueológicos. La razón de su construcción fue que en esta época los pueblos bárbaros amenazaban las fronteras septentrionales del Imperio Romano, por lo que Roma fortificó algunas de sus ciudades más importantes.

Además de la amenaza bárbara, la situación e importancia estratégica de la ciudad, bien resguardada al estar en lo alto de una pequeña colina rodeada por un lado por el Miño y por otros ríos fueron factores relevantes para su construcción. Aunque la leyenda dice que los romanos construyeron para proteger no una ciudad sino un bosque, el Bosque Sagrado de Augusto, en latín Lucus Augusti, de ahí el nombre de Lugo.

El recinto amurallado de Lucus Augusti es el mejor conservado de la Península Ibérica, en su género y su aspecto actual responde en casi su totalidad a su configuración original. Su construcción se ajusta totalmente a los cánones dados por Vitruvio para este tipo de fortificaciones. 

Los romanos construyeron la Muralla con lajas de pizarra y bloques de granito, materiales muy abundantes en las cercanías de Lugo. Pero el núcleo de la obra es un mortero fabricado con tierra, piedra suelta y guijarros, cementado con agua. Los constructores de la Muralla encontraron en la pizarra un elemento similar a sus ladrillos de cerámica y utilizaron el granito sobre todo para reforzar las torres que flanqueaban las puertas.

El conjunto de la fortificación abarca unas 34 hectáreas con un perímetro de algo más 2.000 metros. Su espesor es de 4 m aunque en algunos lugares alcanza los 7 m . La altura oscila entre los 8 y los 12 m, por su parte exterior. Hay constancia de que había 85 torres, de las cuales actualmente 46 se conservan íntegras, mientras que hay restos de las 39 restantes más o menos conservados. 

Los restos de la torre llamada A Mosqueira pueden indicar que cada una de las torres, o cubos, tenía en origen una estructura superior que contaba, al menos, con dos pisos. Estos pisos tenían grandes ventanales donde se estima que se ubicarían armas defensivas como ballestas, onagros o escorpiones. El acceso al adarve, se realizaba mediante escaleras dobles situadas en los muros de las torres. La muralla contaba con 5 puertas de acceso que correspondían  a las vías principales del trazado urbano, a las que se le añadieron 5 más por el crecimiento urbano de la ciudad.

La estructura defensiva que conformaba la muralla estaba formada por el foso, la propia muralla y el intervallum. El foso está situado a unos 5 m de las torres y contaba una anchura de 20 m y una profundidad de 4 m, aunque en la actualidad solo quedan vestigios del mismo. Por su parte, el intervallum era un espacio entre la muralla y las edificaciones urbanas que servía para la gestión de la defensa.

En reconocimiento a su importancia histórica y patrimonial, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.