Temáticas científicas
¿Por qué es interesante este Punto de Interés?
La antigua Estación de ferrocarril de León es una de las huellas fundamentales en el desarrollo de la historia industrial de la ciudad. Sus elegantes construcciones, muestra de la ingeniería y la arquitectura del siglo XIX, mantienen su belleza en la actualidad.
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Su historia e influencia en el desarrollo de la ciudad
En el siglo XIX, el ferrocarril era una pieza fundamental para el desarrollo de las primeras urbes. Su llegada a León, en noviembre de 1863, supuso el despegue industrial de la ciudad. Por fin, la provincia leonesa contaba con un moderno medio de transporte para transportar materias primas y carbón. Así pues, diversas compañías comienzan a instalarse en la capital leonesa. Las primeras fueron los talleres de material de ferrocarril de la Compañía del Noroeste y la fábrica de productos químicos de G.F. Merino e Hijo, pionera de la industria química en León.
Además del progreso industrial, el ferrocarril atrajo a importantes personajes a la ciudad. El rey Alfonso XII llegó a la estación en 1877 para acudir a la entrega de premios de la Exposición Regional Leonesa, celebrada en el convento de San Marcos. Años más tarde, el 16 de agosto de 1902, el rey Alfonso XIII también llegó a León en tren para visitar una de las principales fábricas del momento: la Papelera Leonesa, actual Edificio Abelló.
La estación de tren, tras más de un siglo de historia, fue cerrada en 2011 para dejar paso a la alta velocidad. Hoy, el conjunto arquitectónico, es una armónica mezcla de tradición y vanguardismo en la ciudad.
Ingeniería y arquitectura
La estación del Norte se edificó en un terreno de unas 33 hectáreas cedido por el Ayuntamiento de León, lo que supuso una importante transformación urbanística para la ciudad. Fue en ese momento cuando nació la calle Ordoño II, que se convirtió a finales del siglo XIX en eje del ensanche urbanístico. Hoy en día, es la principal arteria comercial de la ciudad.
Fue inaugurada el 9 de noviembre de 1863 para recibir al ferrocarril que venía desde Palencia. La prensa la encumbró diciendo que era “la mejor estación de España”.
Su sencillo y elegante edificio principal, fue proyectado por el ingeniero, arquitecto y arabista, Eduardo Saavedra y Moragas, con elementos del llamado «secesionismo» vienés. Además del edificio principal, se instalaron talleres ferroviarios, una estación de clasificación, muelles de carga y mercancías, así como un importante economato ferroviario.
Junto al edificio de viajeros, se colocó en 1870 una marquesina modernista afrancesada, estilo Eiffel. La marquesina fue construida con acero roblonado, con piezas unidas con remaches, llamados roblones, sin un sólo tornillo, igual que la Torre Eiffel. Fue levantada en piezas en los talleres de la compañía ferroviaria.
En 1986 se retira la cubierta que se encontraba deteriorada debido a la corrosión y se amplía de 60 a 90 metros de longitud.
Tras la reciente restauración, el conjunto arquitectónico, de perfectos volúmenes, maravilla a sus visitantes con el entramado de acero color bermellón, los paneles de policarbonato en la zona lateral, y su cubierta de metal.
La marquesina, importante huella de la ingeniería industrial en la ciudad, está protegida por el Inventario del Patrimonio Histórico Industrial de la provincia de León, elaborado por la Junta de Castilla y León en el año 2009.
Sabías que?
- La prensa de la época encumbró a la Estación del Norte de León, al considerarla en el momento de su construcción “la mejor de España”.
No te puedes perder:
- Pasear bajo la antigua marquesina y admirar los modernos y coloridos lucernarios cilíndricos con cristales de colores.