Edificio Abelló (León)

Antigua fábrica de Productos Químicos Abelló

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Temáticas científicas



¿Por qué es interesante este Punto de Interés?

Juan Abelló Pascual (1895-1983) fue un químico y farmacéutico de origen catalán, propietario y fundador, en 1925, de la madrileña “Fábrica de Productos Químicos Abelló”. La filial en León se instaló en este edificio (1941). La fábrica llego a ser una afamada farmaceútica, precursora en la elaboración de diversos compuestos químicos, esenciales para la práctica de la medicina de la época.

 El complejo original constaba de tres casas de planta baja y piso; nave de planta baja y tres plantas, diez naves de planta baja, transformador, chimenea y depósito de agua.


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    Arquitectura industrial de principios del S.XX

    De sus orígenes nos habla la imponente chimenea, que lleva grabado en el propio ladrillo la fecha en que se construyó: 1900.

    El conjunto arquitectónico fue estrenado en esas fechas por la Sociedad Papelera Leonesa, con el fin de producir papel, pasta y cartón. Pocos años después de su inauguración, en 1907, un incendio destruyó parte de sus instalaciones y la producción de papel en León llegó a su fin. No obstante, las instalaciones fueron aprovechadas para que diversas empresas del sector químico elaboraran sus compuestos en los laboratorios donde tiempo atrás se producía el papel.

    En 1925 el edificio fue adquirido por la Real Compañía Asturiana de Minas y en 1933 ocupado por la Unión Química Española, hasta que Juan Abelló Pascual lo compró en 1941 para instalar en él la filial de su empresa.

    Las edificaciones del complejo de la Papelera Leonesa se realizaron sobre la base de muros de carga de ladrillo, estructura original de madera, cubiertas de fibrocemento y chapa metálica.

    La esbelta chimenea industrial es una construcción hueca de ladrillo, un material cerámico resistente a altas temperaturas y gran aislante térmico.

    Distinguimos tres partes en la chimenea: la base, la parte más ancha de la construcción, situada sobre la cimentación, aporta estabilidad; el fuste, tubo o caña, con pendiente continua en el exterior, pero con escalones distantes en el interior; y la corona, que remata el conjunto arquitectónico, cuya forma influye en el tiro cuando el viento sopla. La chimenea tenía una función higienista, para la expulsión de gases contaminantes. Para ello, en su construcción, la sección disminuye a medida que nos acercamos a su parte más elevada, facilitando la combustión y la salida de humos procedentes de las reacciones químicas de la fábrica.

    La conservación de la chimenea industrial del Edificio Abelló es una huella palpable de la evolución industrial de la ciudad.

    Su pasado industrial ligado a la química

    Primer uso: como fábrica de papel

    El papel ha sido un importante medio de comunicación e información, por lo que su desarrollo ha contribuido al progreso de la humanidad. La imprenta desarrollada en el siglo XV por J. Gutenberg contribuyó al desarrollo de las industrias papeleras, de las que España es pionera en Europa. A lo largo del siglo XIX la utilización del papel en prensa escrita, libros y avances científicos hace que se desarrolle en Europa y también en España la producción de papel de un modo industrializado, menos artesanal, utilizando nuevas materias primas.

    En este contexto, se instala en León la “Sociedad Industrial y Mercantil Papelera Leonesa”. La fábrica inicia su actividad para la producción de pasta celulósica, cartón y papel a partir de paja de centeno, que llegaba junto con el carbón a la cercana estación de ferrocarril desde distintos puntos de la provincia. Sin embargo, un incendio en sus instalaciones y su baja rentabilidad, contribuyeron al cierre de la Papelera Leonesa.

    Segundo uso: filial de la afamada farmacéutica Abelló

    La madrileña fábrica de “Productos Químicos Abelló” decide trasladar, en 1941, parte de su producción a León. El objetivo sería que en la filial de León se elaborasen las bases de determinadas especialidades farmacéuticas como: agua oxigenada, éter, cloroformo, perborato sódico, efedrina y otras materias básicas.

    La farmacéutica de Abelló fue la primera fábrica española en conseguir la licencia para dedicarse al tratamiento de alcaloides derivados del opio y la coca, hecho que le confirió gran prestigio e importantes beneficios económicos.

    Productos como la morfina, la codeína o la cocaína, que se empezaron a elaborar en 1936, salían de la sede madrileña, y más tarde de su filial en León, y eran sintetizados a partir de dichos alcaloides.

    Uno de los citados compuestos: la codeína o metilmorfina (C18H21NO3), se encuentra de forma natural en el opio. La codeína se utilizaba como analgésico, sedante y para la tos, y era uno de los compuestos químicos de las primeras pastillas pectorales de España, algunas de ellas fabricadas en León por la farmacéutica G. Merino. 

    En Abelló también se dedicaron a obtener por síntesis, testosterona y sintestrol, andrógenos y estrógenos, todos de gran valor en las terapias médicas de la época.

    Juan Abelló clausuró la factoría de León en 1987, cuando la producción de granulados fue vendida a la empresa americana Lamerz, que tomaría la decisión de trasladar la producción a Toledo.

    Las dos placas identificativas que todavía hoy se conservan, colocadas en la fachada del edificio, y en las que se lee: “ Productos” y “Químicos” recuerdan al viajero que dentro de sus muros se gestó una buena parte del pasado farmacéutico de España.

    Actualmente

    El edifico fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1991 como reconocimiento a todo su pasado industrial y científico.

    Sabías que?

    • A Juan Abelló se le considera el fundador, en 1933, de la industria española de estupefacientes. Fue también cofundador de la primera empresa española de antibióticos en 1949. Fue miembro de la Real Academia Nacional de Farmacia desde 1932 a 1983.
    • En la fábrica Abelló de Madrid trabajaban unos 30 técnicos entre químicos, farmacéuticos, médicos e ingenieros, arropados por más de 600 operarios de ambos sexos, aparte del personal de la filial de León.

    No te puedes perder:

    • La imponente chimenea de ladrillo, que se erige en perfecto estado, sobre el complejo industrial.

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