Montefaro: Batería de la Bailadora, Faro y Fonteseca (Ares)

Estas baterías surgen del temor de un ataque estadounidense. Así fue que tras el conflicto por la soberanía de Cuba en 1898, se actualizó la red de defensa costera. El avance tecnológico en cuestiones navales y armamentísticas obligó a tener en cuenta las nuevas dimensiones de los buques y la potencia de las armas que, sumado a la posterior aparición de los cazas, también infirió en el desarrollo de estas defensas. Se proyectaron así baterías en cotas más altas que las ya existentes, es así como se construyeron las baterías de Montefaro, a 266 metros sobre el nivel del mar y desde donde se contempla una excelente panorámica de la ría de Ferrol.

Tras el ascenso a Montefaro aparece, hacia el norte, la batería de costa la Bailadora, y hacia el sur, junto a las antenas de radio y televisión, hay una segunda batería, llamada del Faro. Lamentablemente se encuentra vallada y no se puede visitar.

El tercer y último grupo de este punto es la batería de Fonteseca, hacia el oeste. Aquí se pueden observar perfectamente los restos de los raíles de hierro que se empleaban para trasladar tanto las piezas de artillería como la munición pesada.

Cada uno de los recintos tenía capacidad para 6 obuses. Estas piezas son más pequeñas que un cañón, pero popularmente también se las denomina así. En todas se pueden observar los pozos en los que se ensamblaban a barbeta, aunque hoy ya no queda ninguna pieza de artillería.

Camino a Fonteseca desde Faro, a mano izquierda, se camuflan con el entorno dos baterías antiaéreas datadas de los años 30 y 40, respectivamente. La primera estaba artillada con 4 cañones Vickers de 10, 50 cm, modelos muy populares no solo en la costa ártabra, sino en toda España. Los pozos son visibles en la superficie, pero están un tanto ocultos por la maleza. Lo que se ve más fácilmente es la entrada a los túneles, junto al camino principal. La segunda antiaérea tiene estructura de búnker y contaba no solo con cañones, sino también con metralletas.

Todo el complejo de Montefaro está repleto de puntos de vigilancia, vías de comunicación subterránea y en superficie, así como almacenes para las municiones. Cabe destacar que este complejo nunca entró en batalla, y la zona fue abandonada por los militares en el año 1990.