Pico do Mustallar (Lugo)

El Pico do Mustallar es una elevación de casi 2000 metros de altura que sirve de frontera natural entre dos provincias: Lugo y León. Aunque los Ancares es una sierra muy heterogénea en lo que respecta a su geología, los materiales que la configuran pertenecen al macizo hercínico. Predominan las rocas de naturaleza silícea como las cuarcitas, las piedras de grano y las losas dispuestas en series, de potencia variable, con intrusiones graníticas, y algún que otro contacto con niveles carbonatados de dolomías y calcáreas.

Las rocas descritas, datadas del Precámbrico y Paleozoico, fueron dobladas durante la Orogenia Hercínica formando un relieve abrupto que posteriormente sería suavizado en varias fases: primero desmantelado y arrasado durante el Mesozoico, y después esculpido por la acción de la modelaje glaciar durante el Cuaternario. 

La incesante actividad glaciar, periglaciar y aluvial de los últimos dos millones de años, dispuso en superficie potentes capas de materiales que no guardan necesariamente una concordancia litológica con el sustrato paleozoico sobre el que yacen. En esa zona, grandes valles de hasta 800 m de profundidad fueron escavados, así como otras formas típicas de estos paisajes glaciares: circos glaciares, superficies pulidas, morrenas, y el imponente pico del Mustallar, que aún conserva su aspecto anguloso característico, por causa del espeso manto de hielo que albergó en el pasado.

El Pico do Mustallar es una elevación en medio de una sucesión de valles fuertemente encajados. Esos valles fueron generados por los ríos Vara, Ser, Rao, Cervantes, Quindous y Balouta del lado de la vertiente gallega. La montaña está compuesta por una mezcla de losas, cuarcitas y piedras de grano, y fue modelada tanto por la acción fluvial como por el glaciarismo. En consecuencia, se creó un paisaje de fuertes desniveles, en algunos casos con pendientes superiores al 35%. Son frecuentes las crestas alombadas de cumbres planas, que contrastan con la elevada verticalidad de las laderas, resaltando ocasionalmente crestas cuarcíticas. La parte más escarpada del pico alcanza desniveles rocosos de más de 400 metros y una pendiente de casi 90º. Con la retirada de los hielos, hace aproximadamente unos diez mil años, este relieve glaciar permitió la aparición de distintos humedales, como pequeñas lagunas de origen glaciar. Gracias a la colmatación de esas aguas estancadas, se generaron las turberas. Esa colmatación se vio favorecida por la subida de la temperatura y la reducción de la drenaje natural.

Además de la belleza natural del paisaje, que incluye valles y montañas, se sugiere visitar la aldea de Piornedo, lugar pintoresco de la montaña lucense.  Piornedo está formado por pallozas, una construcción circular de piedra y tejado cónico de paja. Esta clase de vivienda es muy eficiente para condiciones climáticas extremas, ya que aísla tanto de la nieve como del excesivo calor estival. Una de estas pallozas, la denominada Casa del Sesto, está musealizada para dar a conocer como era la vida en estas singulares construcciones.