Temáticas científicas
¿Por qué es interesante este Destino?
Los orígenes del Pazo de Mariñán se remontan a una fortaleza militar edificada en el siglo XV. Con el paso de los siglos la primitiva fortaleza se fue convirtiendo en una construcción civil para uso residencial, llegando a transformarse en pazo en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1972 es declarado Conjunto Histórico-artístico y Monumental por su conjunto arquitectónico, en el cual destacan sus escalinatas y balaustradas, esculturas, fuentes y jardines.
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El Pazo de Mariñán se encuentra en el lugar de Mariñán, en el municipio coruñés de Bergondo, dentro de As Mariñas de Betanzos. Los orígenes de este pazo se remontan a una fortaleza militar edificada en el siglo XV por Gómez Pérez das Mariñas. Los sucesivos dueños y señores del pazo estuvieron emparentados con diversas familias nobles: los Ribadeneira, Lemos, Oca y Suárez de Deza; estos últimos poseían la casa de Láncara en Lugo, y de este modo fueron fusionadas la casa de Mariñán y Láncara. Por esta razón, al Pazo de Mariñán también se le conoce como Pazo de Láncara.
Con el paso de los siglos la primitiva fortaleza se fue convirtiendo en una construcción civil para uso residencial de las familias de la nobleza gallega a las que perteneció, hasta llegar al siglo XX, cuando Gerardo Bermúdez de Castro y Suárez de Deza, legó en el año 1936 el conjunto a la Diputación de A Coruña, al no tener sucesión directa.
En la segunda mitad del siglo XIII, tras las reformas llevadas a lo largo de varios siglos, acabó transformándose en pazo, abandonando así su carácter militar, a manos de Diego José de Oca y Cardóniga. La arquitectura del pazo, presenta una estructura en “U”, configuración muy habitual en estas construcciones, y una arquitectura claramente barroca. Cuenta con una fachada principal presidida con una escalinata, de las denominadas “imperiales”, que para muchos evocan la arquitectura palacial italiana, aunque posiblemente estemos ante una creación de Fernando de Casas Novas, autor de la fachada del Obradoiro.
La horizontalidad habitual en los pazos gallegos se ve rota únicamente por la existencia de la torre y la chimenea. Las grandes dimensiones se explican en parte por la tendencia del Barroco a buscar efectos sorpresa y sensación de inestabilidad.
Jardines
Fue en el primer cuarto del siglo XIX en el que se potenció la faceta jardinera del pazo, gracias a Juan José Caamaño y Pardo. El jardín principal se divide en dos mitades que se extienden a ambas partes del parterre geométrico, formado por una red de paseos internos perpendiculares. Completan el estilo francés de esta parte del jardín la avenida de la entrada, el paseo de boj y plátanos, la casa de los guardias, el patio de armas de la capilla y el embarcadero ajardinado con macizos florales.
En la primera mitad del jardín cabe citar un tejo, un madroño y los mirtos arborescentes, todos de condición secular. Destacan además las masas de camelias, dispuestas en agrupaciones de 8+1, y el cañaveral. En la segunda mitad, nos deleitamos con hermosos conjuntos de azaleas, aucubas, camelias, espíreas, hiedras, rosales, y también tejos y especímenes centenarios de árbol de Santa María (Clethra arborea) de las que se puede disfrutar aquí casi exclusivamente.
En 1972 es declarado Conjunto Histórico-artístico y Monumental por su conjunto arquitectónico, en el cual destacan sus escalinatas y balaustradas, esculturas, fuentes y jardines.
La colección artística
El Pazo, desde los años de su rehabilitación, 1975, trata de ambientarse con muebles y objetos artísticos. Así es que reúne una significativa pinacoteca, mayoritariamente de autores gallegos, verdadera antología sobre todo del siglo XIX a nuestros días. Así es que por sus dependencias se reparten obras de autores novecentistas, modernistas y renovadores.
Entre las obras más antiguas destaca una tabla de estilo flamenco procedente del Hospital de Peregrinos en Compostela, actualmente Hostal dos Reis Católicos. Se trata de un frontal del siglo XVI, atribuido a Francisco Gallego.
Es notable la colección de obras de pintores del XIX, de inspiración romántica, de temática historicista o costumbrista como Modesto Brocos, Román Navarro, Dionisio Fierros, Jenaro Carrero, Ovidio Murguía Castro, malogrado pintor hijo de Rosalía Castro... algunos de ellos maestros o conocidos del niño Pablo Ruiz Picasso en sus años de estudio en A Coruña. Del siglo XX, en esa apertura a las búsquedas, a los "ísmos" merece destacar la obra de Villafinez, Alvarez de Sotomayor, LLoréns, Seijo Rojizo, Juan Luis, de José María Viruta, Fernández Sánchez, Isaac Díaz Pardo, entre otros.
También están representados destacados pintores no gallegos como Ángel Andrade, Rafael Torre o Tomás Moragas, con cuadros cedidos en depósito por el Museo del Prado, que lograron merecidos premios en las Exposiciones Nacionales de Arte.
El mobiliario, aunque tiene piezas anteriores, es fundamentalmente del siglo XIX. Existen también otros complementos ornamentales, tallas, porcelanas, trabajos tradicionales de la provincia, carruajes de época, etc. que tratan de acercarnos a una especie de convivencia tolerante de sensibilidades estéticas representativas de las diversas generaciones que contribuyeron a dibujar ese conjunto, ese continente y contenido que es el pazo
Más info en: https://turismo.dacoruna.gal/es/descubre/patrimonio-provincial/pazo-de-marinan