Castro de Castromaior (Lugo)

Su ubicación, en un terreno suave y poco abrupto, lo hace un castro singular: cuanto más liso el terreno, más edificable y habitable, pero también más desprotegido. Para contrarrestar, se aprecia la movilización del terreno y los múltiples elementos defensivos, como un sistema de fosos, murallas, terraplenes y empalizadas.

Cuenta con seis recintos diferentes: el principal, de forma circular, situado en la parte alta, y a lo que se unen los otros cinco. Cuatro de ellos se ubican cara el Este y el resto cara el Oeste, delimitados claramente con murallas, parapetos y fosos. Relativo al recinto superior, es la zona donde se encuentran las viviendas del poblado, con un terreno habitable de 5.400 metros cuadrados. Todo él está delimitado por una muralla de 316 metros de largo.

Cronología

Se pueden distinguir varias etapas en la historia del poblado; la más antigua a comienzos del siglo IV la.C. donde las viviendas estaban construidas con maderas y elementos vegetales; una primera modernización en el siglo II-I la.C. asociada al mayor crecimiento del poblado y forzada por un gran incendio donde las casas pasan a ser de base de una piedra (pizarra y cuarcita) con techos vegetales; y una tercera fase de la que actualmente se conserva la disposición correspondiente al siglo I d.C, con casas de planta cuadrangular y esquinas redondeadas, así como con edificios muy próximos entre ellos.

Esta última etapa coincide con la llegada de los romanos y con el posterior abandono del castro.

Geología

Se caracteriza por la presencia de loseta de poca dureza, con inclusiones de cuarcitas y arcilla que fragilizan su estructura. En general, la roca, se ve afectada por metamorfismo de bajo grado generando una alta esquistosidad. Respecto a los componentes de madera presentados en la última transformación urbana, encontramos el uso de roble (Quercus robur), enebro (Juniperus communis), pino (gén. Pinus) y castaño (gén. Castanea).