Embalse de Belesar (Lugo)
Un gran coloso de ingeniería hidráulica del Miño
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Etnografía
Historia industrial
¿Por qué es interesante este Punto de Interés?
Belesar es uno de los múltiples pantanos artificiales construidos durante la época de la dictadura militar de Franco para el desarrollo de energía hidroeléctrica a través de minicentrales.
En agosto de 1957 comienzan las obras de este gigante de hormigón, que incluían el desvío del río Miño. Tiene una capacidad de 655 hm3, siendo el más grande de los embalses artificiales que hay en el Miño. En la zona de mayor profundidad consigue una altura de 135 metros.
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Para saber más
La subestación
del Embalse de Belesar es un ejemplo destacado del patrimonio industrial de
Galicia, tanto en lo relativo a la arquitectura como a la ingeniería. Por
esto es actualmente un bien inmueble incoado BIC (Bien de Interés Cultural).
Fue proyectada
por el arquitecto Juan Castañón de Mena y el ingeniero L. Jordi Carricarte. El
edificio se apoya en el terreno del fondo del pantano mediante una construcción
de más de 100 metros de altura. Cuando el embalse está lleno, el
edificio parece flotar sobre el agua.
Las duras
condiciones de su construcción
En su
construcción trabajaron más de 3.500 personas durante 5 años, 24 horas al día
por turnos; otras 2000 lo hicieron de manera indirecta en dos turnos de 12
horas diarias. Muchos de los que trabajaron en su construcción fueron presos
políticos que vivían en condiciones muy duras.
La
construcción del embalse de Belesar dejó bajo el agua a varios pueblos, entre
los que destaca Portomarín; apenas su parte medieval, que había sido declarada Conjunto
Histórico Artístico en el año 1946, se salvó del asolagamiento, cambiando
su emplazamiento al lugar actual. Se trasladó piedra a piedra la iglesia
románica de San Xoan, conocida también como la de San Nicolás, o la “Casa del
General” entre otros monumentos destacados.
Asolagado por
las aguas del embalse de Belesar, está Castro Candaz, un pueblo castreño
y posterior fortaleza medieval que forma parte del patrimonio arqueológico
gallego más singular.
No te debes
perder un paseo en catamaránhasta la isla
de Maiorga, surcando el meandro del Cabo del Mundo, es algo que
todos los peregrinos tendrían que experimentar.