Las Hoces del Río Mesa (Zaragoza)

Entre Calmarza y Jaraba, el río Mesa, a lo largo de muchos años, ha erosionado las rocas básicas que allí existen, principalmente caliza y dolomías, creando unos desfiladeros con paredes de más de 100 metros de altura. Aquí se encuentran especies rupícolas, que son aquellas especialmente adaptadas a vivir en los cortados rocosos. Hay especies vegetales capaces de crecer a partir de la poca tierra que se acumula en las fisuras, como la sabina negra (Juniperus phoenicea) y el escambrón (Rhamnus lycioides). Y también aves que nidifican en las paredes verticales, como el águila real (Aquila chrysaetos), la más grande de las águilas ibéricas, el alimoche (Neophron percnopterus), ave carroñera con capacidad de ser predadora, o el buho real (Bubo bubo), la más grande de las rapaces nocturnas.

Este lugar destaca por albergar una de las mayores concentraciones de buitres leonados (Gyps fulvus) de la Península que se podrán observar desde el Mirador de los Buitres.

El buitre leonado (Gyps fulvus) es una inmensa rapaz, con excelentes adaptaciones para detectar y consumir carroñas de gran tamaño. Tiene una envergadura de más de 2,5 metros. Se trata de una de las aves más voluminosas y longevas de Europa, donde concentra la mayor parte de la población mundial, particularmente en España. Sin embargo, el repunte del uso del veneno y los cambios en la gestión de carroñas amenazan las poblaciones de estas aves. Se pueden identificar fácilmente gracias a uno de sus aspectos morfológicos más relevantes: su largo y desplumado cuello, cubierto tan solo por un fino plumón, que se adapta perfectamente a la explotación del interior de los cadáveres.