Pazo de Galegos (Frades, A Coruña)

En el lintel se conserva una inscripción del año 1690, que narra que en este pazo pernoctaron del 15 de abril de dicho año, la princesa doña Mariana de Neoburgo y su hermano, cuando viajaban de A Coruña a Santiago, para continuar su viaje a Madrid, donde contraería matrimonio con el rey Carlos II. En agradecimiento, el rey concedió a D. Antonio Mosquera Pimentel, propietario del pazo, el privilegio de “derecho de cadena”, que supone poner cadenas a las puertas de su casa. Es de planta rectangular, muy alargada, a la que se le pega perpendicularmente una pequeña capilla restaurada recientemente. El color blanco inunda los parámetros verticales, pero siempre dejando a la vista las piezas de cantería de los vanos. Como curiosidad, en la fachada principal, la piedra va salpicando el muro, como queriendo salir a la superficie entre el revocado blanco, característico de algunas iglesias o capillas marineras. La entrada se labra en cantería en un estilo que recuerda al mundo clásico, con lintel recto sobre pequeños canzorros a la manera de tríglifos.

En el museo o Sala Etnográfica está parte de la historia del ayuntamiento en forma de aperos y herramientas de trabajo, todos ellos ya en desuso, pero que explican la historia del campo gallego y algunos de sus aspectos más tradicionales como la ganadería, el trabajo del lino o el cereal. Situado cerca de la casa del Ayuntamiento, se puede visitar el edificio multiusos todas las mañanas en días laborables.

Frades también es conocido por ser un lugar de gran concentración de capillas y pequeñas iglesias. El visitante puede hacer un recorrido por una buena parte de ellas en la llamada Ruta de las Capillas. Se trata de construcciones sencillas y de pequeñas dimensiones que se caracterizan por encontrarse en lugares aislados y rodeados de hermosos robledos.