Temáticas científicas
¿Por qué es interesante este Punto de Interés?
Esta construcción es una defensa costera atrincherada, ubicada en la propia playa de Cariño. Su conservación es bastante deficiente debido al continuo embate del mar y sus escasos restos se camuflan entre la naturaleza. Su construcción se llevó a cabo entre 1739 y 1762 por el ingeniero Miguel de Hermosilla.
Estaba constituida en mampostería con un muro de cortina central y parapeto a barbeta, es decir, que los cañones se ubicaban en la terraza y no existían troneras o merlones que sirviesen a los artilleros para cubrirse del fuego enemigo. En sus laterales había cinco cañoneras de sillería, lo que demuestra que se quiso imprimir cierta importancia, a pesar de lo que hoy pueda aparentar, pues esta técnica requería de más trabajo constructivo. Contaba también con un cuartel para oficial y tropa, tal y como era común en este tipo de baterías.
No obstante, lo único que ha conseguido sobrevivir son los flancos de este y oeste y un pequeño polvorín, este sí, en bastante buen estado. Los almacenes de pólvora también habían sido descritos en la obra de Sébastien Le Prestre, Señor de Vauban, que determina la construcción de estas baterías en la época. El ingeniero especifica en sus escritos que estos han de contar con doble recinto exterior para una mayor protección y señala que el techo debe ser abovedado, de más de nueve metros y con una cobertura de tierra cercana a los dos metros. Este sistema servía para minimizar los daños en caso de que un proyectil enemigo cayese sobre el almacén, pero también si en la manipulación de la pólvora ocurría un accidente.
Imágenes
Vídeos
Información al viajero
- Restaurantes
- Itinerarios científicos
- Guías y catálogos
- Guías especializados en Turismo Científico
- Empresas de actividades
- Público general
- Grupos organizados
- Investigadores científicos
- Coche
- Fotografía científica
- Avistamiento de cetáceos
- Avistamiento de aves
- Observación de estrellas
- Rutas etnográficas
- Rutas geológicas
Para saber más
Durante el agitado siglo XVIII, con múltiples conflictos bélicos internacionales e internos, como la Guerra de Sucesión, se hace patente que la ría de Ferrol necesita una mayor protección que la que ofrecían los castillos de San Felipe, La Palma y San Martín.
La ensenada de Cariño, en la boca de la ría, se presenta como un punto estratégico. En esta bahía las embarcaciones debían esperar a que el viento favorable hinchiese sus velas para poder encarar el pasillo de agua que desemboca en el fondo de la ría. La ensenada era por tanto parada obligada para cualquier barco, incluidos los enemigos, que quisieran adentrarse hasta el puerto ferrolano. La estrategia de defensa sería sencilla con un buen conjunto de cañones a un lado y otro de la ría. Así entre 1739 y 1770, se proyectaron una serie de baterías colaterales. En la cara norte de la ría fueron las de San Carlos, San Cristovo, Cariño y Punta de Viñas. Todas ellas hoy protegidas bajo la declaración de Bien de Interés Cultural.
INGENIERÍA
Durante la Edad Media el diseño de las fortalezas seguía pautas sencillas. Las murallas tenían como características principales ser altas, robustas y de líneas simples. Pero la irrupción de un nuevo arma, el cañón con pólvora en el s. XV, requirió replantearse las defensas. Los italianos marcaban las tendencias, pero un francés, Sébastien Le Prestre, Señor de Vauban, perfeccionó las directrices italianas en el XVI. La impronta del modelo Vauban está presente en las fortalezas de Ferrol, tanto en el castillo de San Felipe, pues sufrió modificaciones en el XVII, como en las baterías de la ensenada de Cariño.
Una de sus principales características son los baluartes. Aunque Vauban no los inventó, sí los desarrolló y ubicó de manera muy particular en las fortalezas. Los incorporaba siempre que el terreno y espacio lo permitían, lo que provocaba que sus diseños adquirieran forma de estrella. Estos salientes defensivos son muy relevantes ya que permiten ejercer fuego cruzado y, además, al adelantarse del muro para su construcción, obligaban a que los artilleros enemigos tuvieran que retroceder si querían acertar justo en ellos y no en en los muros de cortina.
Vauban realizó además otra modificación significativa en los muros. Concluyó que con una inclinación de 100 grados estos repelerían mejor los proyectiles, ya que rebotaban más que cuando chocaban contra una superficie completamente vertical,así que el daño que causaban era menor. La inclinación terminaba en un cordón magistral, una línea visible en la que el muro volvía a su rectitud. Esto indicaba que, a la misma altura del cordón, en el lado interior, se encontraba el suelo firme sobre el que los artilleros montaban los cañones.
Las fortalezas de la ensenada de Cariño son todas abaluartadas, siguiendo los dictados de este modelo; si bien, hay que tener en cuenta lo intrincado del terreno, que presenta grandes desniveles, con lo que las famosas estrellas de Vauban no están tan logradas.
El método de construcción era la mampostería. Esta técnica consiste en colocar las piedras unas sobre otras, sin apenas labrarlas, y sin seguir un patrón estricto en su línea o tamaño. Los huecos se rellenan con piedras de menor tamaño y también se utiliza algún tipo de mortero, como argamasa, para fraguar la construcción. La mampostería evita el desperdicio de materiales y acelera los tiempos de edificación, sin descuidar la robustez que requiere una batería militar.
Bibliografía asociada
- Guía de Baterías de Costa, José Manuel López Hermida y José Manuel Yáñez Rodríguez. Diputación de A Coruña.
- Página web del Observatorio del Patrimonio Histórico Español: https://www.ugr.es
- Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 62-90. ISSN: 0482-5748.
- Revista Cultural Columba, 17 (2017), pp 58-76. ISSN: 2444-930X
- Revista Castillos de España, 160 (2010), pp 43-55.
- Arquitectura y urbanismo en El Ferrol del siglo XVIII, Alfredo Vigo Trasancos y Xosé M. Gómez Vilasó. Santiago de Compostela: C. O. A. G., 1984. ISBN 84-85665-11-2