Castillo de San Felipe

Ferrol, A Coruña

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Temáticas científicas



¿Por qué es interesante este Punto de Interés?

El rey Felipe II (1527-1598) mandó construir, en la parte más estrecha de la ría de Ferrol, una fortaleza que protegiera esta entrada y que tomó su nombre: castillo de San Felipe. El descubrimiento de América y las pugnas entre España, Francia e Inglaterra por el control del Atlántico habían convertido a Ferrol en un puerto de gran importancia estratégica y era necesario guarecerlo. Junto al de San Felipe (1589), se construyeron también los castillos de Nuestra Señora de la Palma (1596) y San Martín (1596), cuyos restos se ven al otro lado de la ría. No obstante, estas construcciones no eran suficientes para proteger la ría, puerto de la Armada Española en su s viajes al norte de Europa. Hubo que esperar hasta el siglo XVIII para que se acometieran diferentes modificaciones que ampliaron y mejoraron la fortificación.



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    Sobre el trabajo que el ingeniero Pedro Rodríguez Muñiz había realizado en el siglo XVI, Francisco Montaigú comienza en 1726 unas obras que Juan Vergel seguiría y Miguel Hermosilla remataría en 1775. La renovación da como resultado uno de los fuertes más modernos de su época, con una dotación armamentística y de protección sobresaliente que configura su particular forma estrellada. Ya en el siglo XIX sufriría las últimas reformas de la mano de Enrique Montenegro y López. La fortificación fue declarada Bien de Interés Cultural en 1994 y está abierta al público todos los días del año, de 10h a 14h y de 16h a 20h. Además ofrece visitas guiadas todos los sábados y domingos a las 17h, pero también se pueden reservar por adelantado.

    La fortificación actual abarca 16.000 m2. Su silueta se adapta a la compleja orografía, aplicando los patrones que regían en el siglo XVIII, cuando adquiere su aspecto actual. Se trata de una batería abaluartada, así que su diseño está protagonizado por salientes o esquinas que mejoraban la defensa del fuerte. Como mandaban los cánones de las fortalezas costeras, hacia el mar posee una línea de cañones, mientras que cara tierra se adelantan los baluartes en los que se posicionaban los soldados que debían encarar el ataque por tierra.

    La zona costera posee una línea baja de artillería muy bien conservada, con troneras y merlones que ayudaban a los soldados del castillo a protegerse. Entre la muralla exterior y la interior se encuentran unos parapetos transversales que recuerdan a puentes llamados espaldones. Estos servían para que los artilleros se guarecieran del fuego enemigo cuando se encontraban en esta zona. 

    En la misma línea de costa, bajo el mar, pero visibles, todavía resisten los anclajes que permitían tender y recoger la barrera flotante que atravesaba la ría, desde San Felipe a San Martín, para impedir la entrada de barcos enemigos. Estaba compuesta por mástiles, restos de barcos y otras maderas de gran tamaño unidas por una maroma. El hecho de que fuera flotante no es despreciable, pues de esta manera garantizaban que con los cambios de marea la barrera siempre cumpliese su función. Solo se extendía en momentos de peligro y parece que cumplió su papel disuasorio pues nunca una nave enemiga pudo adentrarse hasta el puerto de Ferrol. 

    La zona central de la fortaleza la forma un hornabeque: dos semibaluartes que se adentran en tierra y que, en la parte opuesta, hacia el mar, se estrechan y cierran en una gola. En medio queda un gran patio de armas con el edificio principal del complejo. El hornabeque está rodeado de un gran foso seco. 

    Todo el conjunto presenta un gran desnivel que ha sido salvado con escaleras y caponeras, utilizadas para proteger el foso y ayudar en la comunicación de las diferentes partes.  

    El principal material constructivo es el granito, muy abundante en la zona. Luce en la sillería, aunque en la mayoría del castillo se usó la técnica de mampostería. A pesar de su función defensiva, existen elementos decorativos de estilo barroco, por ejemplo en las puertas, que sumados a las elaboradas garitas y a los merlones -los salientes rectangulares que coronan los muros exteriores- le otorgan elegancia. 

    Bautismo de fuego 

    Todavía no estaba el castillo en pie y el primer peligro ya había llegado a la costa Ártabra. En 1589 el pirata Francis Drake, muy popular en Galicia por sus múltiples incursiones en esta zona, posicionó sus naves frente a A Coruña y Ferrol. La escuadra enviada por la reina Isabel I de Inglaterra acabó atacando a la primera ciudad, aunque sin poder someterla. 

    En 1639 el castillo estuvo cerca de estrenarse cuando una flota francesa, al mando de Henri D´Escobleau de Sourdis, obispo de Burdeos, tenía la intención de atacar el puerto de A Coruña y Ferrol, donde se encontraban varios buques que iban camino de Flandes. El obispo envió entre 2.000 y 3.000 hombres en embarcaciones menores que llegaron a descender en las playas ferrolanas, pero se toparon con una tropa de mosqueteros que había sido enviada desde A Coruña, ciudad a la que tampoco consiguieron dominar. 

    La fortaleza vivió su verdadero bautismo de fuego en 1800, en la conocida como Batalla de Brión. Las tropas inglesas desembarcaron en la playa de Doniños, en la entrada de la ría, e intentaron llegar a pie hasta Ferrol, mientras algunas pequeñas embarcaciones intentaban avanzar por mar. En el primer día consiguieron sorprender a San Felipe con todos sus cañones mirando al mar. Tuvo que ser el castillo de La Palma quien, desde el otro lado de la ría, lanzase cañonazos por encima de San Felipe para combatir al enemigo. Los soldados utilizaron la noche para disponer los cañones hacia la montaña y, al amanecer, atacaron nuevamente al enemigo, que se rindió durante este segundo día. 

    Bibliografía asociada

      • - Guía de Baterías de Costa, José Manuel López Hermida y José Manuel Yáñez Rodríguez. Diputación de A Coruña.
      • - Página web del Observatorio del Patrimonio Histórico Español: https://www.ugr.es
      • - Revista de Historia Militar, 126 (2019), pp. 62-90. ISSN: 0482-5748. 
      • - Revista Cultural Columba, 17 (2017), pp 58-76. ISSN: 2444-930X
      • - Revista Castillos de España, 160 (2010), pp 43-55. 
      • - Arquitectura y urbanismo en El Ferrol del siglo XVIII, Alfredo Vigo Trasancos y Xosé M. Gómez Vilasó. Santiago de Compostela: C. O. A. G., 1984. ISBN 84-85665-11-2

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